Encuentro alternativo
Se funden el comercio justo, los productos orgánicos y el arte en Río Piedras
Joel Franqui y Karla Durán son los propietarios del pintoresco lugar.
Por Damaris Hernández
Un espacio donde se fomenta el encuentro de pasiones, cultura, conciencia ambiental, comercio justo y el respeto a los valores humanos es la visión que promueve desde hace siete meses el establecimiento La Chiwinha en Río Piedras.
Al entrar al pintoresco lugar, ubicado en la calle González de la urbanización Santa Rita en Río Piedras, se siente un ambiente relajado y de sosiego, distante a los disturbios de la zona riopedrense. Una variedad de productos orgánicos y vegetarianos, tés, chocolates y artesanías capturan la mirada de quienes visitan la primera tienda en Puerto Rico que promueve el Comercio Justo adscrito a la organización International Fair Alternative Trade (IFAT).
El Comercio Justo es una relación de intercambio comercial basada en el diálogo, la transparencia y el respeto en busca de una mayor equidad en el comercio internacional. A través de ese intercambio se contribuye al desarrollo sostenible, se mejoran las condiciones comerciales y se respetan los derechos de comunidades, pequeños productores y trabajadores.
Fieles creyentes de dicha política, la cual conocieron a través de los múltiples viajes por países como África, India, y Bolivia, los arquitectos Joel Franqui y Karla Durán se aventuraron a crear el negocio que nombran como “un espacio de encuentro que refleja nuestras pasiones”.
“Este lugar es perfecto para encontrar esas pasiones, que nos reflejan como seres humanos y definen nuestra cultura e ideas”, expresó con emoción Franqui, mientras preparaba un café Massala en una cafetera artesanal, poco convencional.
Y es que La Chiwinha no sólo es una tienda con productos elaborados por comunidades de trabajadores autosuficientes, también es el escenario para la promoción de eventos culturales, teatrales, ecológicas y ambientales, entre otros.
“Al abrir este lugar aportamos a que conozcan el 'Fair Trade' que nace de los movimientos pacifistas y ecológicos mundiales. Está orientado al desarrollo sostenible de las comunidades y el respeto de los derechos humanos, es ese el principio básico que promovemos aquí. Las puertas siempre estarán abiertas para quienes creen en los derechos humanos”, sostuvo Franqui, quien aseguró que el 5% de las ganancias del local van dirigidas una organización sin fines de lucro en la Isla.
El establecimiento cuenta con un área de exposiciones para trabajos de artistas emergentes y un rincón ecosolidario destinado a productos ecológicos hechos en Puerto Rico bajo las estipulaciones de Comercio Justo.
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