Una taza de té es más que una simple bebida es toda una experiencia, cuando uno se detiene a deleitarse con su sorprendente aroma y su singular sabor.

Desde los monasterios budistas hasta los finos “Tea Shops” en Inglaterra, el té ha sido reconocido por sus propiedades curativas y meditativas. A diferencia de otras bebidas, el té nos lleva a un estado de relajación y tranquilidad.

El té es la segunda bebida de mayor consumo en el mundo después del agua pura y requiere de unas manos cuidadosas al momento de cosechar las hojas.
Su clasificación depende del lugar de orígen y de su proceso de elaboración, el nombre científico del arbusto es “camellia sinensis”.

El té negro es el más conocido por el público general, los más famosos vienen de regiones particulares de India como el “Darjeeling” o “Assam”, de Sri Lanka como el “Ceylon” y de China como el “Lapsang souchong” que obtienen sus  características típicas según la región donde se cultivan.  Otros como el “Earl Grey” o “English Breakfast” son mezclas exquisitas de éstos tés negros.  El té negro contiene cafeína, pero no llega ni a la mitad de la cafeína del café. Provee unos antioxidantes llamados “flavonoides” que los estudios muestran nos ayudan en la prevención del cáncer y problemas cardiácos, además de reducir el colesterol.

El té verde es considerado un té “puro” porque su proceso no atraviesa por la etapa de oxidación. Es una excelente alternativa para las personas que están tratando de dejar el consumo excesivo de café. Varios estudios científicos han demostrado que el té verde contribuye a reducir los riesgos de desarrollar cáncer y ayudan a una mejor digestión, por lo que regulan el peso y también nos ayudan a lucir una piel más radiante.

Las hojas “jóvenes” son las que se utilizan para el té blanco y son las que le dan su carácterística suavidad y delicado sabor, se recomienda tomarlo sin miel ni ningún otro tipo de endulzante. En varios estudios se ha encontrado que el té blanco contiene antivirales que lo hacen ideal para prevenir enfermedades. Si sientes los primeros síntomas de un resfrío, una taza de esta bebida te hará sentir mucho mejor.

El té rojo o “rooibos tea”, técnicamente no es té, ya que proviene de otro arbusto que es nativo de Sur África y no contiene cafeína.  Es utilizado como ingrediente en la elaboración de cosméticos naturales ya que su contenido de antioxidantes ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro de las células.  También es conocido por aliviar el insomnio, los dolores de cabeza y reducir estados de ansiedad.

Hoy en día podemos encontrar maravillosas combinaciones con frutas y una diversidad de especias que realzan su exquisito sabor y según la época del año se puede disfrutar frío o caliente.

Busca té orgánico certificado de “Comercio Justo” o “Fair Trade”, de esta forma tienes la garantía de estar consumiendo un té gourmet de alta calidad y a la vez contribuyes al desarrollo equitativo de pequeñas comunidades que cultivan de forma sostenible, sin utilizar químicos ni pesticidas y trabajan en cooperativas que realizan inversiones comunitarias.

Disfruta de los pequeños momentos que nos regala la vida.