Fiebre agrícola en la urbe

Fiebre agrícola en la urbe

Crece la visibilidad de cosechas locales orgánicas y tradicionales
Por Marie Custodio Collazo / mcustodio@elnuevodia.com
 
Foto: Iván Fuentes entrega cajas de cosechas del Departamento de la Comida. (El Nuevo Día / Juan Angel Alicea Mercado)


Una nueva generación de puertorriqueños está redescubriendo los productos agrícolas locales sin pisar una plaza del mercado tradicional. Entre iniciativas gubernamentales y privadas, los consumidores están disfrutando lo que produce el país.

Cada fin de semana, agricultores y artesanos gastronómicos hacen el recorrido del campo a la ciudad para vender sus productos en los mercados urbanos que se organizan en plazas y centros comerciales, los cuales atraen a cientos de personas en busca de hortalizas, panes, quesos y gustitos.

Si bien esta es una tradición de mucho tiempo en otros países, hace unos años que esta “fiebre” viene creciendo en Puerto Rico, según destacó Héctor Santiago, presidente de Cali Nurseries y de la organización Puerto Rico Farmers Market.

“Hemos encontrado una forma nueva de hacer negocios. Nos salimos del entorno de la finca a buscar clientes”, dijo sobre el grupo de unos 30 agroempresarios que se unieron para organizar mercados agrícolas en espacios urbanos, como plazas y centros de trabajo.

Lo que comenzó como una estrategia de mercadeo, pronto se reveló como un punto de ventas ambulante, que un día puede estar en la Ventana al Mar en Condado, y el próximo en la plazoleta de un edificio de oficinas o en Plaza Las Américas.

Además de los eventos que organizan los agroempresarios, algunos de los mercados más constantes y conocidos forman parte de las estrategias de entidades gubernamentales, como el Banco de Desarrollo Económico y el Departamento de Agricultura.

Carlos Díaz, vicepresidente de Puerto Rico Farmers Market y propietario de una lechería de cabra en Toa Alta, señaló que los mercados urbanos les dan la oportunidad de educar a los consumidores sobre los productos. También explicó que vender directamente al público permite mantener precios competitivos y darle visibilidad a sus productos.

No obstante, Santiago señaló que para algunos agroempresarios, los mercados pueden ser un trampolín para introducir sus productos en los supermercados y cadenas minoristas.

Gestión comunitaria
Mientras que Puerto Rico Farmers Market surgió por la necesidad de hacer negocios, el Mercado Agrícola Natural de Viejo San Juan tiene su origen en un interés comunitario.

Cada sábado, alrededor de 20 agroempresarios orgánicos le dan vida a lo que en el pasado fue una plaza de mercado en el Viejo San Juan, hoy convertida en el Museo de San Juan. Los consumidores pueden adquirir desde panes artesanales frescos hasta frutas, verduras y té, cosechados o elaborados aquí.

Laura Daen es la gestora de este movimiento, que comenzó cuando ella decidió hacer un cambio en su estilo de vida. Relató que quería comer diferente, pero encontró muy pocas alternativas orgánicas, por lo que se dio a la tarea de recorrer las fincas hasta que dio con un agricultor, en Utuado, que estaba dispuesto a entregarle los productos semanalmente en el Viejo San Juan.

“Empecé a regar la voz entre mis vecinos, y llegamos a ser 19 en un año”, dijo y explicó que en un inicio estuvo motivada en conseguirle más clientes al agricultor para que el viaje le resultara costoefectivo.

El grupo de consumidores creció tanto que desembocó en el establecimiento del Mercado.
Daen es solo la coordinadora, por lo que dijo que no tiene cifras de lo que representa el mercado para los agricultores, pero asume que les va bien porque “siguen viniendo de toda la Isla, y es un sacrificio grande”. No obstante, le consta que algunos han hecho contactos que los llevaron a expandir sus negocios.

La organizadora explicó que, a diferencia de otros mercados urbanos en la Isla, el del Viejo San Juan es específico para agroempresarios orgánicos, esto es que no utilizan pesticidas ni abonos químicos para las cosechas.

‘Delivery’ orgánico
El movimiento por la agricultura orgánica está creciendo en Puerto Rico y el resto del mundo, en la medida que la población crea mayor conciencia ambiental y social.

Mientras Daen creó un punto de venta para estos agroempresarios, Tara Rodríguez y Olga Casellas fundaron una empresa para distribuir productos orgánicos y artesanales locales a residencias y negocios. El negocio se llama El Departamento de la Comida y funciona como una red en la que los consumidores y los agricultores se apoyan mutuamente.

El modelo de negocio se basa en la entrega semanal de cajas que contienen una variedad de productos agrícolas y artesanales. Rodríguez explicó que cuando idearon El Departamento de la Comida no tenían un ejemplo empresarial a seguir, solo sabían que hacía falta ese vínculo para que los agricultores pudieran aumentar su producción sabiendo que tenían una clientela a quien vendérsela.
“He tenido buenas críticas de los agricultores y de los consumidores... Estaban los mercados, los agricultores y los consumidores, pero faltaba algo”, dijo la joven arquitecta.

El Departamento de la Comida lleva poco más de un año operando y genera siete empleos directos. La cantidad de agricultores que le suplen productos cada semana puede llegar a 15, a los que se suman entre tres panaderos y cinco a seis artesanos gastronómicos.

El reto de la agricultura orgánica es que los consumidores entiendan que no siempre conseguirán los mismos productos, ya que las cosechas son por temporadas y ciclos.

“Las fincas ecológicas siempre producen más de una cosecha. El agricultor tiene menos cantidad de muchas cosas. Eso lo sabíamos (cuando empezamos el negocio), pero al unir todos los agricultores tenemos el volumen que necesitamos”, apuntó Rodríguez para quien la variedad que contienen las cajas ayudan a que los clientes entiendan el concepto.

Sin embargo, para los agroempresarios, El Departamento de la Comida también les permite estar en contacto con el gusto de los clientes y conocer sobre cosechas que tienen demanda y que no se cultivan en la Isla. De esta manera, pueden expandir sus negocios de forma informada. La empresaria señaló que en la Isla se puede cosechar una variedad amplia de vegetales y frutas. Rodríguez no le teme a la competencia, al contrario, ansía que surjan más empresas como la suya que ayuden a expandir la agricultura ecológica.

Y hasta afirmó que si las personas probaran los vegetales orgánicos descubrirían que son sabrosos y tendríamos un país y una población más saludable.

Fuente: http://www.elnuevodia.com/fiebreagricolaenlaurbe-1179480.html